Según fuentes cercanas, los inversores insistieron en que Scott Watterson, multimillonario que fundó la compañía en 1977, renuncie al control de la gestión diaria de la empresa matriz de NordicTrack, iFIT Health & Fitness. Un problema clave fueron los gastos de iFIT, que se dispararon durante el año pasado cuando Watterson se apresuró a superar a su archirrival Peloton, invirtiendo millones de dólares en un impulso de marketing que recurrió a la leyenda de la natación olímpica Michael Phelps.

El fabricante de las bicicletas estáticas y las cintas de correr NordicTrack obtuvo un salvavidas financiero este mes, pero solo después de que el fundador del rival en apuros Peloton aceptara renunciar como director ejecutivo.

Según fuentes cercanas, los inversores insistieron en que Scott Watterson, de 66 años, un emprendedor multimillonario que fundó la compañía en 1977, renuncie al control de la gestión diaria de la empresa matriz de NordicTrack, iFIT Health & Fitness. Estas misma fuentes indicaron que Watterson sigue siendo presidente, pero sus alas han sido cortadas.

Después de que la compañía fuese valorada en 10 mil millones, el año pasado iFIT se vio obligado a despedir a cientos de trabajadores en un intento por reducir su consumo de efectivo a medida que la demanda de bicicletas estáticas impulsada por la pandemia de NordicTrack y Peloton se agotase el otoño pasado.

Ahora el valor de mercado de iFIT se fija en 1.5 mil millones.

Ambas compañías estaban empantanadas en demandas de patentes entre sí y contra otras compañías de fitness.

Los inversores, L Catterton y Pathlight Capital, querían garantías de que se instalaría un nuevo liderazgo antes de inyectar sus millones en la empresa con sede en Logan. Ahora se encuentran en conversaciones con candidatos para suceder a Watterson como director ejecutivo.

Es una historia diferente a la que contó iFIT después de que asegurase la inversión de 355 millones a principios de marzo, anunciando que Watterson dejaría el cargo de director ejecutivo «como estaba planeado previamente».

Como informó The Post exclusivamente, iFIT enfrentaba una posible bancarrota este año debido a una demanda de Pamplona Capital Management, que había exigido el reembolso inmediato de un préstamo de 200 millones de dólares de 2019 y 100 millones en intereses, alegando que iFIT llegó a un acuerdo para adquirir un fabricante chino que subordinó el préstamo de Pamplona a la empresa e incumplió los términos de su acuerdo con iFIT.

IFIT dijo este mes que resolvió la disputa sin revelar detalles. Las fuentes dijeron que el acuerdo fue la clave para desbloquear los 355 millones, ya que Pathlight y L Catterton no querían que la responsabilidad recayera sobre la empresa.

Fuente e imagen: New York Post

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