• La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) alerta de que el uso de productos aún no evaluados como el ozono puede poner en riesgo la nueva fase de desescalada contra el coronavirus y advierte de que su empleo puede provocar desde lesiones respiratorias hasta daño ocular, entre otros efectos adversos.

  • El uso de este biocida se encuentra en una situación de transitoriedad, a la espera de ser aprobado por la Unión Europea. Sin embargo, su comercialización hasta ese momento está permitida.

ANECPLA aconseja el uso de desinfectantes con eficacia virucida certificada, incluidos en el listado publicado por el Ministerio de Sanidad, en el que no se encuentra el ozono, a fin de evitar riesgos innecesarios que pueden ir desde lesiones del aparato respiratorio hasta daños oculares.

«Desde ANECPLA consideramos que apostar por las desinfecciones con un producto pendiente de evaluación como es el ozono en una situación tan grave de pandemia mundial como la que estamos sufriendo supone asumir un riesgo innecesario que no tenemos por qué afrontar cuando existen otros muchos tratamientos de eficacia probada y que cuentan con el respaldo de los organismos competentes oficiales», afirma con rotundidad Sergio Monge, presidente de ANECPLA.

En este sentido, y ante los estudios sobre su eficacia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a los que apelan sus defensores, Monge, explica que estos estudios efectivamente existen y demuestran la eficacia del ozono contra determinados coronavirus pero en un medio como el agua. «El comportamiento de un biocida como es el ozono puede variar muchísimo si hablamos de otro medio como el aire, como es el caso. Por otra parte, son ya varias las administraciones sanitarias autonómicas que se muestran contrarias al empleo del ozono en tratamientos de desinfección contra el SARS-CoV-2 y el mismo sentido se ha manifestado la Sociedad Española de Sanidad Ambiental.”

«Ante la imagen de panacea que se está dando en los últimos días del ozono como el mejor desinfectante contra el coronavirus, en ANECPLA no podemos quedarnos impasibles y nos vemos con la responsabilidad de recordar que este producto no puede aplicarse en presencia de personas, los aplicadores han de contar con los equipos de protección adecuados, ha de ventilarse previamente el lugar a desinfectar antes de su uso, además de que puede reaccionar con sustancias inflamables y producir reacciones peligrosas al contacto con otros productos químicos», advierte el presidente de la Asociación, Sergio Monge. Y añade: «asimismo, no queremos dejar de pasar por alto los posibles efectos adversos que el uso del ozono para desinfección puede provocar: lesiones sobre el aparato respiratorio, irritación de la piel y daño ocular».

ANECPLA reconoce que la desinfección es una tarea fundamental en la lucha a contrarreloj para evitar la escalada de contagios por COVID-19 y alerta de la importancia de que sean empresas incluidas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas (ROESB), que empleen productos de eficacia demostrada (cuyo uso esté aprobado por el Ministerio) para evitar retrocesos que pueden llegar a costar muy caros.

«El empleo de tratamientos con ozono», añade el presidente de ANECPLA, «dan además una falsa sensación de seguridad que puede constituir el mejor de los caldos de cultivo para que se dispare el número de contagios precisamente en un momento tan crucial como el actual, en plena fase de desescalada». Y culmina: «solo cumpliendo de forma estricta la legalidad vigente y confiando únicamente en aquellas empresas inscritas en el ROESB, sujetas a periódicas inspecciones por parte de los servicios de Salud Pública, que disponen de personal técnico cualificado podremos asegurar desinfecciones efectivas y seguras que nos protejan y nos permitan avanzar en la lucha contra el coronavirus. Lo contrario puede salirnos muy caro».

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