El grupo socialista de la Diputación de Almería ha denunciado lo que definen como derroche, en un gimnasio que debería estar equipado con salas de crossfit, spinning, fitness, etc… y que sin embargo, se ha quedado en una sala totalmente vacía, que ha supuesto un coste final la convierta en el espacio diáfano de Andalucía más caro por m2 de toda Andalucía.
Este proyecto había sido impulsado por el Ayuntamiento de Oula del Río y la Diputación de Almería, a través del plan de 2018 de Instalaciones deportivas, bajo la denominación de: Adapatación de dependencias municipales a salas multideporte y gimnasio de Oula del Río.
El motivo del gran apoyo que se concedió a este proyecto se basaba en “un planteamiento muy transparente, con tabiques divisorios de cristal y abierto hacia los espacios exteriores con grandes ventanales que permitiesen que este nuevo espacio se conectase totalmente con el exterior, que se beneficiase de la luz y de las vistas desde el interior y que a su vez este espacio exterior entre dentro del nuevo gimnasio”, según reza el proyecto de ejecución.
Pero esto no es lo que se ha logrado y en una reciente visita al municipio realizada junto al portavoz socialista en el Ayuntamiento, Diego Castaño, tanto el portavoz del Grupo Socialista de la Diputación, Juan Antonio Lorenzo, como los diputados provinciales que lo acompañaban pudieron comprobar que lo finalmente construido ha sido “una simple sala polivalente” y “Lo que se publicitó no se parece en nada a lo que finalmente se ha realizado”,
Se han contabilizado multitudinarias quejas de los vecinos que han declarado que “no entienden el derroche de tanto dinero público para hacer algo que no se necesitaba y resultará inútil, además de generar un problema de mantenimiento y de coste económico añadido para el Consistorio y, por ende, para todos los vecinos y vecinas de Olula”.
Por otro lado, Marcelo López señaló que “no se ha dado cuenta de las subcontratas que han participado en la construcción ni de cuánto se les ha abonado por ello; los plazo de ejecución y recepción se han sobrepasado; las modificaciones del proyecto original –tanto estéticas como constructivas– han sido sustanciales sin que se haya aprobado y autorizado un modificado, adulterándose así el principio del proceso de licitación pública”.