Estudios del Journal of Human Sport and Exercise, la Universidad de Bristol y la Universidad de Griffith en Australia, revelan que el uso de visores de realidad virtual ayudan a hacer más ejercicio y a perder peso. También afirman que hacer ejercicio en realidad virtual es mejor que ir al gimnasio en la vida real, y esto se debe a que esta tecnología puede influir en poder ejercitarse durante más tiempo, sentir menos dolor o reducir el deseo de comer después del ejercicio.
En el estudio publicado en el Journal of Human Sport and Exercise en 2020 por investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York, estudiaron los efectos de la realidad virtual en la frecuencia cardíaca. El estudio se llevó a cabo con 29 estudiantes en una bicicleta estática durante seis minutos de forma ligera, y luego usando un casco de realidad virtual. Su ritmo cardíaco fue registrado en el sexto minuto de cada entrenamiento usando un Apple Watch y clasificaron sus sensaciones corporales y satisfacción en escalas de cinco minutos. El resultado de este estudio reveló que la frecuencia cardiaca resultó ser mayor mientras usaban los visores de realidad virtual, con la consecuente quema de calorías más alta. Además, el 62 % de los participantes afirmaron ser capaces de hacer más ejercicio durante más tiempo con los dispositivos de realidad virtual.
Que la realidad virtual ha venido para quedarse es un hecho. Esta tecnología nos permite sumergirnos en diferentes tipos de experiencias, entre las que se encuentran, además del entretenimiento, el ejercicio.
En otro estudio se encontró que los participantes no tenían apetito después de un entrenamiento con dispositivos de realidad virtual. En este estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bristol, se reclutaron a 34 adultos para entrenar en bicicletas durante un tiempo equivalente a la quema de 120 kcal y se dividieron en los grupos: En el primero, los participantes jugaban a mini juegos de VR mientras el otro grupo no usó ningún dispositivo de realidad virtual. Se midió a ambos su frecuencia cardiaca y el gasto de energía con un reloj FitBit. Los participantes a su vez clasificaron su disfrute, esfuerzo físico percibido, nivel de sensación y apetito, además de ofrecerles a la finalización, un buffet de comida y se les invitó a que comiesen hasta sentirse satisfechos. El resultado fue que el grupo que usaron las gafas virtuales,
comieron menos, que el otro grupo. En definitiva: la tecnología de la realidad virtual podría usarse como una herramienta en los programas de control de peso e incluso como una herramienta en un gimnasio.