En el artículo anterior vimos como un desequilibrio en los dos mecanismos de regulación del sistema nervioso autónomo por el efecto permanente a lo largo del tiempo de una situación de estrés conlleva una serie de alteraciones sistémicas derivadas de la producción de cortisol por el eje HPA.

El segundo capítulo dedicado a la afectación del estrés en el organismo y cómo éste puede crearnos problemas con el peso y el perímetro de la cintura me centraré en qué sucede cuando el ritmo circadiano del cortisol se altera.

El cortisol se obtiene del colesterol y es el encargado de activar el organismo, de ponerlo en alerta, es decir, desplaza el sistema nervioso autónomo hacia el sistema simpático.

Del párrafo anterior es fácil deducir que en condiciones normales el cortisol debe tener su pico máximo a primera hora de la mañana para pasar de dormir a ponerse en pie y empezar nuestra actividad diaria. Con la caída del sol, debe ceder el protagonismo a la melatonina y dejar que el sistema nervioso autónomo se desplace hacia el sistema parasimpático.

ALTERACIÓN DEL RITMO DEL CORTISOL: PROBLEMAS PARA DORMIR

En una situación de estrés mantenida a lo largo del tiempo, el ritmo circadiano del cortisol se altera debido al aumento de producción de hormonas de estrés, alterando el pico de melatonina y retardando la aparición del sueño, provocando problemas para conciliar el sueño aunque nos sintamos cansados, o bien despertándonos durante la noche, pudiendo después volver a dormirnos en seguida o no volver a dormir en toda la noche. En definitiva cada vez descansamos menos.

SECUESTRO DE ENERGÍA

Durante la noche la energía de nuestro cuerpo debe estar controlada por el sistema inmune, y no en el sistema nervioso central ni en la musculatura. Durante la noche es el momento en el que nuestro cuerpo debe aprovechar para regenerar tejidos y acabar con patógenos (es por eso que la subida de la fiebre acostumbra a producirse por la noche). Cuando alteramos el biorritmo del cortisol sucede exactamente lo contrario, la energía se la queda el cerebro.

EFECTOS DE LA DESREGULACIÓN DEL CORTISOL

1) DESREGULACIÓN DEL USO DEL COLESTEROL:

Como vimos en el artículo anterior el cortisol proviene del colesterol, pero el colesterol interviene en la producción de múltiples hormonas esenciales para el perfecto funcionamiento del cuerpo como la vitamina D, testosterona, estrógenos, progesterona, aldosterona.

2) MENOR PRODUCCIÓN DE INSULINA:

Además a la larga se frenará la producción de insulina a la vez que se reduce su eficiencia, (hormona encargada de introducir la glucosa dentro de la célula) por tanto menor entrada de glucosa en la célula que irá a depositarse en las células de grasa. Produciendo un agrandamiento (hipertrofia) y un aumento del número (hiperplasia) de estas células.

3) MENOR PRODUCCIÓN DE HORMONA DEL CRECIMIENTO:

La alteración en la producción de melatonina no permite la estimulación de la hormona de crecimiento que es la hormona anabólica por excelencia y es vital en la reparación de tejidos.

4) AGOTAMIENTO DE LA DOPAMINA:

Una parte de la dopamina se produce en el intestino y es utilizada para contrarrestar los efectos del cortisol en los tejidos, el resto se produce en el sistema nervioso central para acabar desencadenando en noradrenalina y adrenalina.

Ante una situación estresante mantenida en el tiempo, la dopamina intestinal se agota y sube su antagonista la prolactina (puede provocar falta de líbido y sensibilidad emocional). A nivel cerebral se invierte el paso de dopamina a noradrenalina (placer) que debería ser un 70% y un 30% hacia adrenalina (ansiedad).

Esto invierte también la relación que comentábamos en el primer artículo entre el córtex prefrontal-núcleo acúmbens-amígdala (aumentando el pensamiento negativo). Por eso es normal que ante el estrés tengas menos motivación por realizar cualquier cosa o caer en la depresión.

CONSECUENCIAS DE LA ALTERACIÓN DE LA ALERTA-VIGILIA:

  1. Menos energía durante el día y fatiga, tiene su lógica si el sistema nervioso central no ha descansado durante la noche.
  2. Infecciones recurrentes (de orina, procesos víricos, resfriados, etc.) tiene relación con el hecho que el sistema inmune no ha tenido a su disposición la suficiente energía para combatir contra los patógenos.
  3. Dolores de distinto signo, la falta de eficiencia celular conlleva a degeneración de los tejidos, entonces sería normal padecer de dolores musculares o articulares.
  4. Pérdida de motivación y apetito, debido al agotamiento de la dopamina y el desajuste a nivel cerebral del pensamiento negativo.
  5. Ganamos peso, aquí está la paradoja, tenemos menos apetito, comemos menos y encima ganamos peso y cintura, la respuesta está en el paso de la glucosa a las células de grasa.

En el próximo capítulo veremos que sucede cuando la insulina no puede hacer entrar la glucosa a la célula y ésta se almacena en las células de grasa.

Jordi García

Responsable de Nutrición y Salud deportiva. Licenciado en Ciencias de la actividad física y el deporte (Barcelona). Profesor de EF Mireia CE.

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