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Sección: Nutrición

Existen muchos factores que pueden deprimir nuestro sistema de defensa o inmune, incluyendo situaciones como el estrés, el miedo y la ansiedad, o diversas enfermedades crónicas como el Insomnio, el Lupus, en Cáncer, la Diabetes, el Sida, el Colon irritable… y que al disminuir la actividad del sistema inmunitario favorecen la irrupción de nuevas enfermedades.

Así mismo la utilización de medicamentos antibióticos, corticosteroides y otros muchos con efectos inmunosupresores también pueden afectar negativamente a la fortaleza de nuestro sistema inmunológico.

Pero además de estos mencionados factores como la enfermedad, los factores ambientales o el uso de ciertos medicamentos, el correcto funcionamiento del sistema inmune tiene una estrecha relación con nuestro estilo de vida y con esos hábitos como la falta de actividad física, el descanso insuficiente, el alcohol, el tabaco, las drogas, los alimentos basura y una cesta de la compra llena de productos manufacturados.

Sería muy interesante conocer algunos síntomas que nos ofrecen pistas acerca del estado de nuestro sistema inmunológico y si está debilitado.

Si sufrimos pequeñas pero recurrentes infecciones de hongos, herpes, inflamación de garganta, dolor de oídos…; o pasamos con cierta dificultad por enfermedades sencillas como un catarro o la gripe, padecemos fiebre frecuente y escalofríos, cansancio, náuseas, vómitos y diarrea inexplicables; manchas en la piel; caída del cabello; podemos estar ante un problema.

Así que si te resultan comunes cualquiera de estos síntomas no estaría de más tomar medidas para estimular nuestra inmunidad adoptando una dieta saludable, elegir alimentos naturales y evitar los ultra procesados; practicar actividad física de intensidad moderada regularmente, y vigilar nuestro peso; dormir entre 7 y 8 horas diarias, evitar el alcohol en exceso; además tenemos que huir del estrés y el miedo; y por supuesto valorar si el aporte de algunos nutrientes vitales para nuestro sistema inmune pueden ser una opción gracias a los complementos nutricionales.

Nutrientes defensivos

Que la nutrición juega un importante rol en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico no es una novedad pero hagamos un repaso de cuáles son esos nutrientes que realmente pueden ser nuestros aliados.

Los alimentos con alta concentración de omega-3, selenio, zinc, los probióticos, las vitaminas A, C y E… son los más indicados para potenciar el sistema inmune porque intervienen en los procesos para la síntesis de las células defensivas asegurando nuestra eficiencia inmune.

  • N.A.C.: gracias a su efecto directo (eliminación de la producción de radicales libres) y a su efecto indirecto  (aumento del glutatión) como poderosos antioxidante endógeno, la Acetilcisteína es uno de los más interesantes aliados frente el estrés oxidativo y por ende, al estimulo del sistema inmune.

  • Omega-3: pescado azul (salmón sardina, arenque, atún) y de origen vegetal como las nueces, el lino y las semillas de chía.

  • Selenio: frutos secos (nueces de Brasil y semillas de girasol), cereales (trigo y arroz integrales), huevos (especialmente la yema), carne de pollo, queso, vegetales (col, repollo, coliflor, brócoli).

  • Zinc: frutos secos (semillas de calabaza, cacahuates, almendras, nueces de Brasil), Pescado y marisco (ostras, gambas o camarones) , carnes (de vaca, pollo, pavo e hígado, cereales (germen de trigo y granos integrales).

  • Vitamina C: frutas (naranja, mandarina, piña, limón, fresas, papaya, melón, mango, kiwi, sandía) vegetales (brócoli, tomate, repollo, batata).

  • Vitamina E: frutos secos y semillas (almendras, nueces, avellanas, cacahuetes, pistachos, semillas de girasol), fruta (papaya y mango), aceites (girasol y oliva).

  • Vitamina A: vegetales (zanahoria, remolacha, espinaca, pimentón rojo, batata, acelga, brócoli, lechuga), frutas (mango, melón), huevo (yema),

  • Probióticos: leche fermentada tipo kéfir, yogur natural, Kombucha, el Miso, Natto, Kimchi, y el Chucrut o col fermentada.

uestión de hábitos

Sumarse a los buenos hábitos pueden ayudarnos a reforzar nuestras defensas mucho más de que imaginamos y no son tan difíciles de adoptar. Veamos:

  1. Realizar actividad física moderada a diario

  2. Dormir entre 7 y 8 horas diarias.

  3. Consumir 2 litros de agua mineral a diario.

  4. Tomar el sol cada día, preferiblemente por las mañanas máximo hasta las 11,00 horas y/o después de las 17,00 horas (sin utilizar protectores solares).

  5. Incluir frutas, vegetales y legumbres, preferentemente biológicos, en la dieta.

  6. Escapar de la comida basura (fastfood), alimentos ultra procesados y/o precocinados.

  7. Huir del estrés,

  8. Evitar el humo del tabaco y de los vehículos de combustión.

En el próximo número veremos como podemos fortalecer nuestro sistema inmunológico

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