La adaptación del concepto de escape room al mundo del fitness se hace viral como “gimnasio para vagos” mientras se prepara para crecer como empresa de equipamiento para gimnasios. Rockfit, que ya fue finalista del Allianz Start-up Challenge en noviembre del año pasado, pretende ser un motor del cambio dentro de nuestra industria en colaboración con todos los agentes que disponen de experiencia y tradición en el mundo del fitness para lograr una sociedad más equitativa y saludable.
La idea, que generado amplio interés en televisión, radio y prensa, es una apuesta por el valor del gimnasio presencial frente a la creciente virtualización de la industria.
“Lograr que la gente se lo pase bien poniéndose en forma” es la premisa de la que parte el concepto de Rockfit. Esta apuesta tecnológica por la gamificación e hiper-personalización nace con el objetivo de dar una solución válida para ese público que históricamente la industria del fitness no ha sido capaz de sacar del sofá de su casa. 2 de cada 3 personas en España realizaron menos de 2,5 horas de actividad física semanal en 2020 según la Encuesta de Hábitos Deportivos de España.
Se trata de un modelo en el que paredes, suelos y pistas de obstáculos plagadas de sensores e indicadores, sustituyen a las máquinas tradicionales. Las repeticiones desaparecen y en su lugar aparecen juegos guiados electrónicamente donde cada movimiento requiere lo mismo que la mayoría de deportes: acción física, técnica, táctica, estrategia y competitividad.
En tan solo 4 meses de vida, el centro Rockfit de Barcelona, construido como prueba de concepto ha cumplido ya su propósito: demostrar que su modelo de entrenamiento personal automatizado puede ofrecer un valor diferencial a un público de muy diversa condición física. Entre sus usuarios, cuentan con un 30% de público con más de 5 años de inactividad física y otro 30% que no ha realizado ejercicio recurrentemente en al menos un año. En el otro extremo, combina con un 15% de público que realiza deporte a diario.
Con los resultados obtenidos, la empresa ha comenzado el diseño y producción industrial de la solución, y tiene previsto poder integrar su sistema de entrenamiento en salas funcionales de al menos 5 gimnasios tradicionales que ya operan bajo diversas marcas dentro de nuestro país a lo largo de los próximos 6 meses. Asimismo, prevé la apertura del primer centro Rockfit en Puebla, México, dentro del mismo periodo.
Esta start-up tecnológica, integrada dentro del ecosistema del Barcelona Spors Tech Hub a través de la primera edición del programa de aceleración impulsado por la ciudad, apuesta por la capacidad de los centros de fitness para ofrecer un valor diferencial con respecto a modelos de entrenamiento en remoto desde casa: la unificación de
- Tecnología, con
- Elementos estructurales imposibles en remoto,.
- El trato personal y profesional.
- La gamificación, y
- La creación de comunidades y vínculos sociales son algunas de las armas que potencian para llevar hasta sus juegos.
Su CEO y fundador, Javier Beltrán, nos explica que la automatización de la dinámica de entrenamiento, además de hacer asequible la personalización, libera al entrenador para enfocarse en la gestión del cambio del cliente y en su progreso en vez de estar contando abdominales. “Nuestros entrenadores juegan formando equipo con el cliente en vez de enfrentándose a él, que es lo que ocurre cuando le pides una repetición más”.
Con 6 años de recorrido en el diseño y fabricación de salas de escape, esta empresa que ya fue finalistas del Allianz Start-up Challenge en noviembre del año pasado, pretende ser un motor del cambio dentro de nuestra industria en colaboración con todos los agentes que disponen de experiencia y tradición en el mundo del fitness para lograr una sociedad más equitativa y saludable.