El pasado 9 de febrero se presentaron las primeras consideraciones y conclusiones de la colaboración entre la Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC) y el Col·legi de Professionals de l’Activitat Física i de l’Esport de Catalunya (COPLEFC), que aporta nueva evidencia empírica de que la práctica de actividad física mejora, además de los niveles de actividad física, el estado de ánimo y la percepción subjetiva de salud de los pacientes con trastornos mentales graves (trastornos psicóticos, trastorno depresivo mayor y trastorno bipolar, fundamentalmente). 

Esta conclusión es el resultado de la implementación del programa piloto de Actividad Física en la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitari de Vic que en la actualidad está en curso, con el liderazgo de Anna Puig Ribera (col. 8989,) doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyE) por la Universidad de Bristol y docente e investigadora en la UVic-UCC, y que permite la colaboración de una profesional educadora física deportiva (EFE) con el equipo de psiquiatras y enfermeras encargado de la citada Unidad de Salud Mental. Mariona Caro Crous (col. 66980), ahora responsable del programa, está vinculada a Osonament, entidad de referencia en la comarca de Osona (Barcelona) que trata a personas con trastornos mentales severos y que también tiene pleno protagonismo en el proyecto. 

El programa 

El programa es el resultado del análisis previo de los estudios de evidencia científica, a partir de los cuales se propuso una intervención de cariz motivacional centrada en actividad física, con el fin de determinar la incidencia de este estilo de vida saludable de forma aislada.
En concreto, el estudio se propone el estudio y constatación del efecto de la práctica de actividad física regular y saludable considerando tres variables: el nivel de actividad física, el estado de ánimo y la percepción de la salud general mientras les pacientes de salud mental están hospitalizados, para lo que se aplican, respectivamente, el cuestionario IPAQ-corto (International Physical Activity Questionnare, versión corta), escala analógica de estado de ánimo y escala analógica de percepción general de salud, unas herramientas de medición que se emplean tanto al inicio como al final de la participación (con el alta hospitalaria) y también de forma semanal, para comprobar la progresión. 

Su inicio tuvo lugar el 25/10/2021, con una participación hasta ahora de 43 personas, que suponen el 51% de las ingresadas, con una distribución por sexos del 64-36% entre hombres y  mujeres, de una edad media de 39 años y con una estancia hospitalaria (también de media) de 41 días.


El protocolo de trabajo tiene carácter semanal (para acomodarse a una población variable determinada por las altas y bajas hospitalarias), con grupos de hasta 8 personas como máximo, además de su participación a la hora de organizar las actividades, ya que se les solicita cuáles son las preferencias en cuanto a modalidades de actividad física y deportiva posibles. En todos los casos, los pacientes participantes se incorporan derivados desde psiquiatría como requisito previo. 

Las sesiones 

Para poder llevar a cabo el programa y las sesiones es necesario disponer de un espacio adecuado, como es el caso del Hospital Universitari de Vic, y asimismo de un material bastante sencillo, con diversidad de pelotas de goma, así como colchonetas e igualmente gomas elásticas. 

Y sobre el detalle de la actividad física, ésta se basa en trabajo aeróbico, tres días a la semana, en sesiones de 45-60 minutos fundamentadas en las capacidades condicionales, como la resistencia cardiorrespiratoria, la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación. Siempre a partir de una estructura en tres bloques: calentamiento (proponiendo amplitud de movimientos y juego inicial), apartado central de la actividad (con la actividad principal) y, por último, regreso a la calma (con ejercicios de equilibrio y estiramientos pasivos). 

Siempre se tiene en cuenta la máxima adaptación e individualización de la práctica, al objeto de ajustarse a necesidades de posibles patologías asociadas, y porque resulta primordial favorecer con esta intervención que las personas destinatarias disfruten, se sientan desinhibidas, pudiendo así promover su bienestar. De hecho, así lo demuestra el nivel de abandono, limitado a sólo 9 personas, debido a manifestaciones de fatiga, malestar, somnolencia, falta de energía y carencia de motivación, básicamente. 

Los resultados 

De la aplicación del programa ya pueden constatarse tres tipos de resultados, coincidentes con el objetivo general previsto, que es comprobar la efectividad de la actividad física en la mejora de la salud mental de los pacientes con patologías mentales.
En primer lugar, los pacientes tienen un grado de adherencia al programa muy elevado, así como la petición formulada en varias ocasiones de alargar la duración y/o frecuencia de las sesiones, que desearían diarias. Pero también se estimula y se incrementa la capacidad motivacional de los propios participantes hacia otros pacientes a incorporarse. Además, existen las valoraciones de los indicadores que se han mencionado, que resultan claramente positivos, y que acaban suponiendo un traslado a la práctica personal al margen de las sesiones estrictamente efectuadas, así como en la manifestación de mantener la actividad física después del alta hospitalaria. 

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