Es importante entender que después de 9 meses de gestar el cuerpo habrá modificado su forma y múltiples cambios fisiológicos. Esperar que vuelva a la normalidad a los pocos días de haber dado a luz, es para la mayoría de las mujeres, una actitud poco realista. De hecho, el cuerpo necesita un año aproximadamente para recuperarse tanto anatómica como fisiológicamente.
Después de dar a luz al bebé, la mujer experimenta algunos cambios en el modo de sentir y en su aspecto físico. Las oscilaciones en el estado de ánimo, los antojos, los entuertos, los pechos hinchados y doloridos, así como las jaquecas son algunos de las complicaciones más frecuentes junto a los puntos, la retención de líquidos y las estrías.
Tras el parto, durante las seis semanas siguientes, ya sin el peso que sumaba el bebé, la placenta, el líquido amniótico y las membranas, el útero se irá contrayendo y los pechos aumentan su volumen y los cambios hormonales persistirán. Es importante prestar mucha atención a la alimentación y añadir ejercicio físico pautado y controlado por un profesional, para ir recuperando tanto el Suelo Pélvico como la condición física general. El hecho de estar activa, también repercutirá en estar más enérgica. La rutina diaria de actividad y los cambios de vida más saludables, será beneficioso de que persistan, más allá de la recuperación post parto.
Cambios corporales y el Suelo Pélvico
Durante el embarazo, la relaxina extra del cuerpo, relaja las articulaciones, y la presión del útero dilatado puede distender la musculatura del suelo pélvico.
El Suelo Pélvico va desde el pubis hasta el coxis y conforma el piso de la pelvis, zona que soporta el útero, el intestino y la vejiga, y cierra la entrada de la vagina, el recto y la uretra. Este conjunto muscular se encarga de sostener la parte baja del abdomen, cierra la parte más inferior de la cavidad abdominal. Estos músculos pueden dividirse en diferentes planos, desde el más superficial (músculos bulbocavernosos, isquiocavernosos, transverso superficial y esfínter externo), pasando por un plano medio (esfínter estriado de la uretra y músculo transverso profundo), hasta el plano más profundo (denominados en su conjunto elevadores del ano). Para poder cerrar por completo la parte más inferior de la cavidad abdominal, estos músculos deben tener inserciones en el coxis y en el pubis.
Aunque tanto hombres como mujeres tienen Suelo Pélvico, la diferencia más importante radica en que el Suelo Pélvico de la mujer soporta durante el embarazo, parto y post parto, una gran presión y tensión que, si bien sucede durante un breve período, puede dejar huellas y secuelas importantes.
Es frecuente que las mujeres que ya tuvieron hijos presenten cierta vulnerabilidad en esta zona. Como consecuencia, pueden sufrir molestias o ligeras pérdidas de orina cuando se ríen, tosen o estornudan, que no deben de ser normalizadas, teniendo que ser evaluadas y tratadas con un profesional de la fisioterapia.
Funciones del Suelo Pélvico
Sostén: mantener los órganos pélvicos en una posición correcta, evitando las pérdidas de orina y heces ante los aumentos de presión abdominal o el movimiento.
Zona de paso: imprescindibles para la micción y la defecación voluntaria. Además de ser importantes para el parto, el sexo y el embarazo.
Participa en el mantenimiento de la estabilidad lumbo-pélvica
Signos de alerta que podrían indicar una debilidad en el suelo pélvico
- Pérdida involuntaria de orina, gases o materia fecal
- Presión o pesadez en la zona pélvica
- Dolor inespecífico en la zona lumbopélvica
- Hernias discales, abdominales, umbilicales o de hiato
- Dificultad para orinar, chorro discontinuo
- Dolor en la micción o defecación
- Dolor o insensibilidad en las relaciones sexuales
- Dificultad para llegar al orgasmo
- Hemorroides
- Diástasis abdominal
- Estreñimiento, problemas digestivos
Causas o factores que afectan al Suelo Pélvico
- Mala Postura
- Mal patrón respiratorio
- Alimentación desequilibrada
- Ejercicios o gestos hiperpresivos mal realizados
- Estreñimiento y esfuerzo defecatorio
- Sobrepeso
- Tos crónica, alergias, enfermedades respiratorias
- Embarazo – Episiotomías
- Menopausia
- Infecciones urinarias
Se recomienda ponerse en manos de profesionales del ejercicio físico que sean especialista en la recuperación post parto, como así también una evaluación previa de fisioterapia, para luego realizar un plan integral de ejercicio físico que incluya la realización de ejercicios físicos para fortalecer la musculatura del glúteo mayor que, al alcanzar las articulaciones sacro-iliacas, puede «mantener» la pelvis. El adecuado trabajo de los músculos del periné posibilitará llevar adelante a la mamá un mejor parto y post parto, estando en constante equilibrio tanto en fuerza como en flexibilidad.
Mariela Villar
Directora EMBARAZO ACTIVO
www.embarazoactivo.com