¿Y si el 2023 no va bien? ¿Y si no salen los números? ¿Y si se marchan mis clientes? ¿Y si no vienen otros nuevos? ¿Y si…..?  ¿Y si… ?  ¿Y si… ? Si eres de los que tiene tendencia a pensar que todo saldrá mal y a sufrir por ello, si te creíste aquella frase que decía “ Piensa mal y acertarás”. Tal vez no lo sepas, pero puede que tengas ansiedad anticipatoria, un estado emocional que puede darse en cualquier momento de la vida y que en dosis pequeñas es útil, pero en exceso nos puede arruinar la vida.

La ansiedad en sí no es mala. Es una emoción normal ante determinadas situaciones, todos la experimentamos en menor o mayor grado y, además, suele ser buena en algunos casos porque nos mantiene alerta y nos protege ante hechos que podrían ser peligrosos.

Entonces, ¿cuándo es mala la ansiedad?

Cuando se pasa de cierto grado y empieza a complicarnos la vida y nos produce problemas, imaginando siempre, siempre, siempre lo peor.

La ansiedad anticipatoria se trata de una respuesta de anticipación del organismo frente a estímulos que pueden ser externos o internos y que nosotros percibimos como amenazantes o que no controlamos. Esa respuesta, en cambio, no suele aparecer mientras desarrollamos la acción, “Es decir, la ansiedad anticipatoria se produce mientras estamos pensando cómo va a ser la situación y no mientras vivimos esa situación”

QUE PROVOCA QUE LA ANSIEDAD NOS PARALICE

Creer que leemos la mente de los demás. Estamos acostumbrados a imaginar lo que los demás pueden estar pensando de nosotros, cuando en realidad es imposible que sepamos lo que piensan. Se trata de bajarle el volumen a eso que creemos saber que piensan los demás de nosotros, para poder escucharnos a nosotros mismos.

Imaginar que adivinamos el futuro. Pensamos que el futuro va a desarrollarse de tal o cual manera, cuando en realidad no tenemos ni idea. Perdemos mucho tiempo avanzándonos a situaciones negativas y agobiados por cosas que luego no ocurren.

Generalizar es siempre equivocarse, pensamos que, si algo ha pasado una vez, volverá a repetirse. Como decía Mark Twain: Todas las generalizaciones son falsas… incluyendo esta.

Minimizar las cosas positivas. Ni cuando nos ocurre algo bueno estamos contentos, no hay razón para minusvalorar las cosas que hacemos bien. Agradezcamos, valoremos y celebremos las cosas buenas, para que tengan menos cabida en nosotros las menos positivas.

Dramatizar en exceso. Hacerse la víctima, y crear melodramas innecesarios, es también algo muy propio de los pensamientos del Ser Humano. No existe una relación causal en muchas de las cosas negativas que imaginamos, pero aun así nos las creemos. 

Auto culparnos, aunque la mayoría de nosotros tendemos a culpar al resto de nuestros errores, hay personas que se culpan de todo, incluyendo cosas sobre las que no han tenido ninguna responsabilidad.

Ser catastrofista. las personas que acaban padeciendo ansiedad anticipatoria, se caracteriza por pensar que todo lo que nos rodea va acabar mal. Lo triste es que, si entramos en ese círculo vicioso, pensaremos realmente que todo nos va a ir mal, y al final, tendremos razón.

¿Cómo enfrentarse a la ansiedad anticipatoria?

Practicar la atención plena o Mindfulness

Esta técnica, heredada de prácticas meditativas y convertida en una herramienta para ayudar a centrarse en el momento presente, algo esencial para controlar la ansiedad que tiende a anclarse a un momento del pasado o el futuro. Cuanto más centrados estemos en el presente y en las cosas que para nosotros son valiosas, mejor”.

Detectar y mantener emociones positivas.

“No va tanto de generar más (emociones positivas), que también nos hace bien (De hecho me dedico a ello), sino de que las que ya suceden, sepamos valorarlas y sostenerlas, sin boicotearlas”.

Como ejercicio te propongo al final del día durante cinco minutos, coger libreta y lápiz y apuntar tres cosas buenas que se hayan experimentado a lo largo de la jornada. Tras escribirlas, dedicar 20-30 segundos a saborear y disfrutar cada una de ellas.

Trabajar la bondad, la amabilidad y la empatía.

Mostrar empatía con aquellos que nos rodean es algo que se entrena y que contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo. Trabajar la bondad como conducta altruista y compasiva es el eje de la salud mental.

La propuesta que te hago es realizar cinco actos bondadosos aleatorios en un solo día de la semana a cinco tipos de personas: Un compañero de trabajo, un familiar, una persona neutral, una incómoda y alguien desconocido.

Cuidemos el presente porque en él, viviremos toda nuestra vida. Y la vida es aquello bonito que sucede mientras estamos ansiosos en exceso y anticipando aquello que pensamos que va a ocurrir y que casi nunca termina ocurriendo.

Y recuerda disfrutar el único y verdadero propósito de tu vida, que no es otro que estar bien en este preciso momento.

Alonso Pulido Martín
Empresario – Formador – Escritor Conferencista Internacional miembro de la Red Mundial de Conferencistas.
Ceo de Ahumor; Amor y Humor en la Empresa

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